Leonardo Viscarra tiene 19 años y ya fabricó 360 prótesis con impresión 3D

El inventor cochabambino tiene una prótesis creada por él mismo. Comprende las necesidades de las personas que viven con la ausencia de alguno de sus miembros. Tiene su fundación y ayuda a la gente.

Cuando Leonardo Viscarra era aún niño fabricó una prótesis robótica para suplir la carencia de su mano izquierda. No ha pasado mucho tiempo desde entonces, hoy en día está a punto de cumplir 20 años, tiene una fundación con la cual ha logrado producir 360 piezas para ayudar a personas con problemas similares a los que tuvo. Envió su trabajo a diferentes partes de Bolivia, también a Chile, Perú y espera una confirmación para hacer lo propio con una petición que le llegó de República Dominicana.




Desde que concluyó su prótesis, hace seis años, el joven cochabambino es considerado como un pionero en el uso de esta tecnología en el país y ha sido un ejemplo para muchos otros jóvenes interesados en la robótica. Recibe y entrega pedidos de piezas a personas que lo buscan desde diferentes ubicaciones, contó en una entrevista a Página Siete.




A los ocho años comenzó a recorrer este camino de la tecnología. Se le destruyó un coche a control remoto y él lo vio por dentro porque sintió curiosidad por el mecanismo. Se dio modos para aprender a reparar otros juguetes. Poco tiempo después tuvo la iniciativa de arreglar equipos electrónicos para los vecinos de su Cuando Leonardo Viscarra era aún niño fabricó una prótesis robótica para suplir la carencia de su mano izquierda. No ha pasado mucho tiempo desde entonces, hoy en día está a punto de cumplir 20 años, tiene una fundación con la cual ha logrado producir 360 piezas para ayudar a personas con problemas similares a los que tuvo. Envió su trabajo a diferentes partes de Bolivia, también a Chile, Perú y espera una confirmación para hacer lo propio con una petición que le llegó de República Dominicana.




Desde que concluyó su prótesis, hace seis años, el joven cochabambino es considerado como un pionero en el uso de esta tecnología en el país y ha sido un ejemplo para muchos otros jóvenes interesados en la robótica. Recibe y entrega pedidos de piezas a personas que lo buscan desde diferentes ubicaciones, contó en una entrevista a Página Siete.




A los ocho años comenzó a recorrer este camino de la tecnología. Se le destruyó un coche a control remoto y él lo vio por dentro porque sintió curiosidad por el mecanismo. Se dio modos para aprender a reparar otros juguetes. Poco tiempo después tuvo la iniciativa de arreglar equipos electrónicos para los vecinos de su condominio.




Su historia




Nació sin la mano izquierda. Con el tiempo supo vivir con esta carencia; pero nunca se resignó. Aprendió a componer artefactos domésticos y con el conocimiento que adquirió en robótica se animó a armar un aparato mecánico con una impresora 3D. Comenzó imitando el diseño de algunas prótesis en internet y —en el Instituto de Robótica Sawers, de la ciudad de Cochabamba— consiguió hacer realidad esta pieza.




Recuerda que antes de su logro se realizaron otras piezas, algunas un poco precarias, que le servían sólo para levantar objetos. El Rotary Club Santa Cruz le donó una prótesis, eso fue su inspiración para mejorar y no conformarse. Siguió investigando y descubrió tecnologías que le ayudaron a perfeccionar sus diseños.




Recién inauguró la SSP Foundation (Fundación Sí Se Puede), la cual nació de la empatía que ha desarrollado con las personas que tienen problemas similares al suyo. Después de la cobertura que le dieron los medios de comunicación, mucha gente lo contactó para pedirle ayuda.




“Siempre tengo que recalcar que mi familia me ha apoyado mucho. La familia de mi papá y la familia de mi mamá siempre han apoyado todas las iniciativas que he tenido”, remarca el joven investigador.




Leonardo espera que las personas a las que ayude lo vean como un amigo, ya que al tener el mismo problema los puede entender mejor. “Yo he sufrido el bullying, he sufrido muchas cosas. Entendiendo a la perfección cómo ellos se sienten a la hora de no poder hacer varias actividades”.




El fundador de SSP Foundation cuenta que tiene muchas iniciativas relacionadas con su entidad. El más ambicioso de sus proyectos es la creación de prótesis con material reciclado. Analiza la posibilidad de que alguna empresa pueda financiar el proyecto.




Se ha propuesto la meta de realizar prótesis biónicas, que sean capaces de controlar los músculos; y también pretende crear piezas con sensores nerviosos, que incluyen una conexión en la cabeza, la que serviría para dar órdenes a una prótesis.




Por otro lado, también tiene proyectos ambientales y tecnológicos, uno de ellos está enfocado en detectar y frenar incendios.




Todo lo que ha realizado, según remarca, se hizo sin el apoyo de las autoridades. Cuando hay prótesis que no se pueden financiar completamente, hace una publicación del caso en Facebook para que se pueda viralizar esta necesidad y así recibir el apoyo de la sociedad. Actualmente, agrega, las autoridades en Trinidad tienen planeado darle un reconocimiento que pueda ayudar a seguir con su trabajo. Él está esperanzado, pero tiene sus reparos. En palabras del futuro ingeniero: “Hace mucho tiempo que escucho propuestas de ese estilo y han quedado en nada”.




Añade que el Gobierno debería apoyar a quienes tengan ideas y propuestas para cambiar al país: “No sólo soy yo, hay muchos proyectos que no son sólo de prótesis o de robótica, hay proyectos ambientales para cambiar la sociedad, otros estudiantiles. Hay muchos proyectos de personas de mi edad, pero lamentablemente no se les da voz”.




Cuestiona que hay más apoyo a personas que se vuelven virales en las redes sociales por hacer polémicas sin generar nada positivo, cuando debería haber más oportunidades para personas que, como él, tienen planes para impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en Bolivia.




Según el joven creador, el país tiene mucho potencial para la robótica debido a las capacidades y el talento de las personas que están en este rubro; pero cuestiona que no hay reconocimientos por los logros que se obtuvieron.




Recuerda, por ejemplo, que él representó a Bolivia en diversos eventos como participante y jurado, pero no recibió ningún tipo de ayuda.




Menciona algunos de los concursos y eventos a los que acudió: el First Global; el Space Up Challenge, organizado por la NASA (la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, de Estados Unidos); obtuvo el segundo lugar de un concurso nacional organizado por Tigo, además participó en eventos de tecnología de Infocal, estuvo en actividades de la Universidad Católica Boliviana San Pablo de las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz.




También fue disertante en diferentes conferencias donde habló de su experiencia creativa.




Sus sueños ya están encaminados a seguir en el mundo de la robótica y el armado de prótesis. Por ello planea estudiar Ingeniería Mecatrónica y después pretende ingresar a Ingeniería Biomédica. Tiene pensado hacer una especialidad en el exterior.




Decidió donde le gustaría seguir su formación, le interesa ir a Sao Paulo (Brasil), donde afirma que están los mejores lugares para el armado de prótesis.




Su pasión por la investigación, construcción, robótica y tecnología lo llevó a ser reconocido en Bolivia como uno de los líderes en el armado de prótesis y, a pesar de las dificultades, sus proyectos están enfocados en mejorar las condiciones de vida de muchos de los bolivianos con dificultades físicas que ahora pueden ser solucionados con la tecnología de la impresión 3D.




“Al hacer mi primera prótesis me di cuenta de que no era la única persona que no tenía alguna extremidad. Hay muchas personas a quienes les faltan brazos, manos, dedos y me di cuenta que podría ayudar a más personas”, menciona Leonardo. Él ya tiene en mente lo que quiere hacer a futuro, pretende mejorarles la vida a otras personas.


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